"CHIVATO, GAMBERRO Y PELÓN TIENEN LÍOS A MONTÓN" es un libro de Aurora Usero Alijarde con ilustraciones de Mercè Arànega de la Editorial Edelvives, colección Ala Delta.
Me ha gustado mucho este libro porque está escrito con rima. Y esto da musicalidad al cuento. Es divertido.
Había una vez un gato llamado
Chivato, un perro llamado
Gamberro y un ratón llamado
Pelón, que vivían juntos y se peleaban mucho. El perro
Gamberro perseguía al gato
Chivato para divertirse.
Cuando el gato
Chivato perseguía al ratón con fuertes maullidos siempre llamaba la atención.
¿Por qué llamaban
Pelón al ratón?
Era porque tenía un pelo muy fino, que apenas se notaba.
El ratón
Pelón era muy listo, y cuando el gato le perseguía siempre se metía en su agujero. El ratón siempre pensaba cómo fastidiar y desanimar al gato.
Un día, al ratón se le ocurrió la idea de vestirse de gato tonto. Por eso el ratón ensayó un maullido muy muy tonto. Salió despacio hacia el gato
Chivato, el gato dormía y no le hizo caso. El ratón estaba muy contento, porque ¡por fin había podido engañar al gato!
Cuando estaban comiendo, el perro
Gamberro le quitaba siempre la comida al gato
Chivato que estaba muy flaco. Y así, el gato pensó en disfrazarse de dueño gruñón, para dar al perro un buen coscorrón. Buscó y buscó, y encontró un disfraz de pirata. Ese día el gato fue a beber leche, y nadie le molestó.
Llegó el perro
Gamberro pero no se acercó, porque de los piratas no te puedes fiar. El perro asustado tiró la fuente, el gato perdió el disfraz, y el perro
Gamberro salió a perseguirlo. El ratón
Pelón ayudó al pobre gato y distrajo a
Gamberro.
El perro también decidió disfrazarse, así podría camuflarse. Se vistió con una bata de lunares, una flor y una peineta en la cabeza.
Aquella casa se convirtió en una casa de animales disfrazados maullando, ladrando y chillando. Era un auténtico lío, se pasaban todo el tiempo peleándose.
Al final, el perro
Gamberro, el gato
Chivato y el ratón
Pelón cansados de tanta pelea y de tanto disfraz, aprendieron la lección. Decidieron vivir en paz, ser amigos y jugar juntos. A partir de entonces, en aquella casa ya no hubo ningún lío.
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